Sandra Campos, directora del Seminari Internacional de Convivencia Planetaria: Construim Biocivilització, nos cuenta desde una perspectiva global la necesidad de crear los pilares de la civilización de la Vida. ¿Y cómo? Desde la esencia y la energía vital de las personas y de todo lo que nos rodea…
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https://sandracampo2013.wordpress.com/2015/09/09/francisco-y-francisco-loados-sean-laudato-si-y-ahora/
”Formada en mi niñez dentro de la Iglesia católica, apostólica y romana, como mis tías y abuelas, en mi rebelde adolescencia me volví atea radical como mi padre, en ese momento descubrí, que algunos ateos, estaban más cerca de Dios de lo que se consideraban estar algunos creyentes. Después, más allá de las religiones, los ateísmos y las rebeldías, encontré mi propio camino hacia mi esencia, un camino de encuentro conmigo misma, al que llamo vida interior, algunos lo llaman espiritualidad, otros le dicen tao… en fin, el cómo quieran nombrar este camino hacia el interior de cada uno de nosotros, no me inquieta, creo que debemos superar tantas palabras y formas que nos han hecho creer y crecer distantes, los unos de los otros, para encontrar y encontrarnos en las esencias, entonces comprenderemos, por suerte, que estamos mucho más cerca de lo que nos imaginamos y que es desde estos territorios comunes y esenciales, desde donde podemos hacer nuevas construcciones y transformar las diferencias en motores de mutuo enriquecimiento y aprendizaje. ”
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”Vivimos una crisis holística global a nivel planetario, generada por un modelo de convivencia antropocéntrico –el ser humano como centro de todo lo creado-, nacido en occidente y que se impuso con la modernidad. Frente a esta crisis, nosotros, como humanidad actualmente viva, tenemos la gran responsabilidad de decidir, si seguimos avanzando por donde la gran mayoría lo están haciendo, enmarcados en ese modelo de convivencia que nos está llevando al caos ambiental y planetario, con la consecuente extinción de todas las especies de vida que en él habitamos, o giramos ahora mismo, en otro sentido esencialmente distinto, y permitimos que la vida continúe floreciendo en nuestro planeta sin romper la sinfonía universal de la cual hacemos parte”
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”Para lo anterior, es fundamental la práctica de unas virtudes éticas diferentes a aquellos valores que el modelo antropocéntrico nos ha enseñado, estoy hablando de ser solidarios, compasivos y amorosos, en lugar de egoístas; Estoy hablando de ser colaborativos con los otros, en lugar de competitivos; Estoy hablando de dejar de buscar siempre sobresalir y ser los mejores a costa de los demás, y en su lugar buscar la realización personal en armonía con el bien común, con la colectividad; Estoy hablando de ser cuidadosos con nosotros, con todos y todo lo que nos rodea, en lugar de ser destructivos y creer que todo se puede utilizar y desechar sin ninguna consecuencia; Estoy hablando de ser responsables de nuestros actos, de saber que todo lo que hacemos tiene repercusiones en nosotros, en los otros y en nuestro entorno.”